Una habitación roja, una vela parpadeante y una jugosa mujer con una máscara negra, con orejas de gato. Sus piernas abiertas y esperando ser castigada. ¿No es esto lo que todo macho brutal sueña, no es este el espectáculo que su cerebro imagina? Sus bragas colgando de la boca sólo acentúan su humillación. La empujan hasta el fondo, jadeando, pero ¿quién va a compadecerse de ella? Sus bragas se balancean de un lado a otro, la polla en tensión golpea con fuerza su húmedo agujero. Y no hay otro camino con la perra: ¡debe obedecer dócilmente todas las órdenes del amo!
La chica tiene 18 años, pero quiere ponerse un DIU. El médico le explica que sólo puede hacerlo a las chicas a partir de los 21 años. Pero la persistencia de la paciente sigue ganando. El ginecólogo le enseña una forma segura de tener relaciones sexuales. Ahora puede tener relaciones por el culo, sin ninguna protección.
¡Maldito bastardo!